Internet es el medio masivo que llegó para quedarse, con una conexión a Internet es posible realizar casi cualquier cosa, ha facilitado la forma de comunicarse, de trabajar, de hacer vida académica y de entretenerse. Ahora, con el paso del tiempo, se afianza como una utilidad, haciéndola imprescindible para la vida cotidiana de cualquier persona. En ese sentido, las redes sociales han surgido como una transformación a las formas de comunicarse e interactuar con el entorno, hace posible la conexión inmediata entre personas que están geográficamente distantes y hacen al mundo un lugar más pequeño.
Recuerda que hay ciberdelincuentes dedicados a investigar métodos sobre como hackear un celular constantemente, siempre hay que mantenerse alerta.
Ahora bien, como son parte de la vida cotidiana de cualquier persona y generan una sensación de entretenimiento que se termina disfrutando, ha surgido la preocupación de la adicción a las redes sociales y muchos se han preguntado si realmente existe. La respuesta es: No. Hasta ahora, la adicción a las redes sociales no es considerada una afección psicológica. Sin embargo, cuando las horas que se dedican a mantenerse en línea comienzan a afectar el desarrollo laboral o académico de una persona, se puede comenzar a hablar de una “adicción” en términos informales, es decir, fuera del ámbito clínico.
En ese sentido, el principal atractivo de las redes sociales es la sensación que dan de pertenecer a una comunidad, para muchos, es una forma de aumentar su autoestima o sentirse aceptados por un grupo de personas. Ahora, cuando se comienza a dedicar mucho esfuerzo a ser parte del colectivo virtual pueden generar síntomas de abstinencia como ansiedad, depresión e intranquilidad, derivando en un aislamiento nocivo de su mundo real. De esta forma, se puede estar hablando de lo más cercano a una adicción a las redes sociales.
Además, las consecuencias a este tipo de comportamiento se van agravando conforme pasa el tiempo, comenzando con el incumplimiento de ciertas labores menores para pasar más tiempo en línea, al final, se puede convertir en la inasistencia a la escuela o el trabajo, incumpliendo responsabilidades más importantes solo para mantenerse adentrado en el mundo virtual. De hecho, para un adicto a redes sociales, es importante la reducción a tareas cotidianas como dormir, comer o bañarse para mantenerse conectado a las plataformas virtuales, siendo esto la primera actividad al despertar y la última antes de dormir. Por su parte, está demostrado que el uso excesivo de las redes sociales genera estrés e intranquilidad en las personas, ya que, pierden el enfoque y se centran exclusivamente en la aceptación por parte de la comunidad.
A su vez, pueden estar motivados por una insatisfacción personal, una carencia familiar o emocional que llenan dentro de una red social, consiguiendo aceptación de desconocidos que lo hacen parte de una comunidad. En definitiva, aunque la adicción por las redes sociales no es considerada como un diagnóstico clínico, puede que sea solo cuestión de tiempo para que lo sea, debido a que, son cada vez más evidente las consecuencias del uso excesivo de estas, afectando el desarrollo natural de la vida de un individuo, tal como sucede con la adicción a cualquier otra actividad que genere satisfacción.