Ardor en el área abdominal, regurgitación y eructos son los síntomas más evidentes que sienten las personas que padecen de reflujo con frecuencia, y se manifiestan durante la noche. El asma es otra condición que empeora durante el sueño al relajar todos los músculos del sistema respiratorio.

Ambas circunstancias interrumpen el ciclo normal del sueño, a pesar de que el individuo tenga horarios apropiados. Poco se habla de estas y otras patologías que evitan el descanso en condiciones óptimas y de manera normal, incluso si hay un diagnóstico médico y un tratamiento a seguir.

El reflujo gastroesofágico y el asma al dormir

Entre las dos, el reflujo es la más relacionada con el descanso nocturno, ya que la secreción gástrica aumenta al estar acostados. Además, la posición completamente plana contribuye a que aumente el paso del flujo ácido del estómago al esófago, que es lo que ocasiona la acidez y el ardor característico en la parte alta del abdomen.

Se trata como algo irrelevante porque aparentemente solo es incómodo, pero esto no es verdad. No tratar el reflujo gástrico puede derivar en patologías más graves como úlceras o acidez crónica, que son mejores de evitar. Esto se tiene que tratar con un médico a tiempo, pero también es responsabilidad del individuo tomar medidas en casa.

Una de las recomendaciones es dormir con la cabeza a unos 15 cm de altura, pero no basta con solo colocar una almohada porque perjudicaría a la postura y toda la columna. Las camas articuladas son especiales para colocar el cuerpo en la forma indicada con precisión para disminuir los síntomas.

Por otro lado, es fácil que una persona asmática tienda a tener ataques nocturnos. Las vías respiratorias tienden a estrecharse al dormir, lo que deriva en el aumento de la resistencia al flujo del aire. Lo común es que la persona tenga tos momentánea, pero es más delicado para las personas asmáticas.

La manera de tratar con esto al dormir es dejar la cabeza en la postura adecuada para que entre la mayor cantidad de aire, lo que sería unos centímetros por encima de la cama. También se indica exhalar e inhalar dentro de una mascarilla o bolsa un par de horas antes de acostarse para ampliar las vías respiratorias.

Un santuario del descanso

El dormitorio tiene que ser un lugar libre de estrés, en especial para cualquiera que sufra de problemas de sueño. Debería estar enteramente dedicado al descanso y a los momentos de relajación, aunque esto no se cumple al pie de la letra.

Ordenar la pieza y tener una decoración a gusto son aspectos superficiales, pero bastante efectivos para cambiar el ambiente del lugar, y que se convierta en un verdadero refugio. Vale la pena dedicar un par de días para replantear el estado de la habitación y hacer los cambios pertinentes.

Los rituales antes de dormir también son determinantes, ya que el ser humano vive de los hábitos. Gestos como volver a hacer la cama, tener unos minutos de meditación o algo tan simple como cepillarse los dientes marcan la diferencia. Lo importante es seguir una rutina siempre, lejos de los dispositivos electrónicos porque alteran la mente.

Por otro lado, están las actividades que se hacen para relajar el cuerpo, prepararlo para la hora de dormir. Los ejercicios de respiración son algunos, aunque también se puede hacer yoga o una actividad relajante. La idea es indicarle al cuerpo que es la hora de dormir, y empezar a relajarlo con algo de anticipación.

Finalmente, la cama es la protagonista del dormitorio. Tiene que ser cómoda, hecha con los materiales indicados para la persona. Lo mismo sucede con el colchón, ya que algunos son más blandos que otros, de materiales hipoalergénicos, más duraderos. Es bueno buscar en elreydelascamas.es para encontrar la indicada.

¿Valen la pena una cama articulada?

La respuesta es sí. De hecho, su uso es cada vez más común, incluso entre las personas que no sufren de ninguna condición particular que les impida el sueño. No solo son más cómodas, sino también ayudan a mantener el cuerpo en la posición indicada para dormir. Sus beneficios son:

  • Distribuye el peso corporal de una forma más eficiente. Esto mejora la circulación sanguínea y evita que haya presión adicional en zonas delicadas.
  • Mantiene la curvatura natural de la columna vertebral, lo que es imprescindible para desaparecer y prevenir dolores relacionados con malas posturas.
  • La posición ligeramente incorporada está indicada para personas con cuadros asmáticos o con reflujo gástrico.

Están las camas articuladas manuales y las eléctricas. La estructura básica de las primeras tiene un somier articulado en 2 planos para que la persona pueda elevar sus pies e incorporarse ligeramente. Mientras, el somier tiene 5 puntos de articulación en las eléctricas para acomodar mejor la postura.

Mejorar la calidad del sueño debería ser una prioridad en todas las personas que ven afectado su descanso por cualquier motivo. Además de tratar su condición (física o mental), el dormitorio debe tratarse como lo que es, el lugar para recuperar el cuerpo.